Es el feminismo con raíz en la práctica de las mujeres y hombres en las comunidades y y que necesita de ambos para poder transformar el sistema patriarcal que infantiliza y violenta a las mujeres y que atrapa a los hombres en unas masculinidades perversas. El feminismo comunitario no es excluyente y acepta que el proceso de transformación es largo y está amenazado no sólo por el patriarcado y el androcentrismo que impone, sino por otros sistemas de dominación complementarios como el colonialismo, el capitalismo desarrollista o el antropoceno.